Las empresas como ejemplo de diálogo
En tiempos en los que el diálogo parece demandarse de forma protagonista en ámbitos políticos y sociales, no está de más subrayar el papel que las empresas pueden tener como ejemplo de encuentro interpersonal. De todos es reconocido el poder y el valor de la palabra, también en la gestión empresarial. Tanto es así, que la palabra se convierte en nuestro signo de credibilidad, en un potencial para alcanzar frutos en esta actividad tan humana como es la comercial.
El reto es dar forma al diálogo. Un camino es establecer las condiciones de posibilidad. El diálogo requiere el reconocimiento explícito y positivo de las partes, la reciprocidad, el encuentro y el deseo de enriquecimiento mutuo. Una empresa que dialoga en clave RSE lo hace no tanto para resolver conflictos, que también, sino para prevenirlos. La humanización de las organizaciones es una de las bases a través de las cuales se visualiza la vinculación del diálogo con las acciones de RSE.
En tiempos en los que la crispación parece estar a flor de piel, las empresas están llamadas a ser ejemplo de posibilidad, ejemplo de esfuerzo por comprender, esfuerzo de entendimiento, de negociaciones en las que no existen vencedores y vencidos.