El qué (objetivo) y el para qué (propósito) de muchos proyectos de emprendimiento, está siendo la RSE, también conocido popularmente como Emprendimiento Verde y Social.
En 2021 realizamos un proyecto junto con una administración pública cuyo público objetivo era personas emprendedoras, un total de 20 personas a las que acompañamos durante 3 meses, en sesiones de formación y mentorización, muchos de los proyectos ya funcionando y con buena marcha.
La cuestión es que más del 50% de estos proyectos tenían su origen en la RSE; salud, productos reciclados y de cercanía, elaboración de productos artesanales fomentando el comercio local, espacios y alojamientos en entornos rurales aprovechando los recursos de la zona y respetando los ciclos vitales de los productos de temporada, generación de espacios en entornos naturales destinados a la educación desde el respeto al medio ambiente, etc.
Una de las cuestiones más interesantes en esta tendencia es la pasión que había en la mirada de cada una de las personas cuando hablaba de su proyecto, no tomaban como base la RSE porque esté de moda a la vista de los ODS y de la Agenda 2030, sino por convencimiento y el respeto más profundo al entorno.
Y uno de los temas más importantes para estas personas que estaban emprendiendo era, llegar a una población que estuviera alineada con los valores de su empresa pero, sobre todo, llegar a personas que no son consciente de la importancia del respeto al medio ambiente y la inclusión social, para generar mayor impacto y efecto multiplicador, alcanzando así perfiles y zonas geográficas en principio inaccesible.
Recordamos que toda organización tiene además de su qué y su para qué, otras dos funciones:
- Satisfacer las necesidades de las personas.
- Ser sostenible en el tiempo.
Y estas tres funciones, que son interdependientes, se pueden realizar teniendo como base la RSE.
Ahora bien, cuando hablamos de la función de satisfacer las necesidades de las personas, no hablamos únicamente de la clientela externa para fidelizarla, hacerla embajadora y generarle buenos hábitos y productos y servicios de calidad… Hablamos también de cumplir esta función con la clientela interna, es decir, con nuestros equipos de trabajo, cómo:
- Fomentando hábitos saludables con la compra de productos sanos y ecológicos para el equipo.
- Fomentar la desconexión digital.
- Fomentar las actividades saludables en exteriores a la oficina tanto conjuntas como independientes.
- Cuidando la PRL por supuesto.
Claro está que el origen de todas estas propuestas no tiene ni debe de ser único, estas propuestas pueden venir:
- De una persona al grupo.
- Del grupo a la persona.
- De una forma orgánica.
- De pequeños hábitos de las personas que son adoptados por otras y se hacen extensibles a otras, el poder del aprendizaje por imitación y el efecto espejo.
Según Forbes; La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es uno de los temas que cada día cobra mayor importancia porque conjuga los intereses y requerimientos de todos los agentes sociales y permite involucrar sus objetivos y necesidades bajo la premisa del bien común y la ética social.
Por último decir que, como organización y equipo hemos avanzado en RSE en muchos de los puntos que hemos detallado anteriormente pero, también podemos comprobar gracias a nuestro trabajo con múltiples tipos de empresas que la RSE está dejando de ser la moda de las empresas para ser el origen de ellas.
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